Ni me lo planteo ser el ser señora de.

Estudió Derecho pero en lugar de ir a la Audiencia Provincial como el resto de sus compañeros para seguir juicios a etarras, María Porto se metía en el Museo del Prado para disfrutar del mundo que más le gustaba. En la galería Marlborough, donde pasó 13 años, empezó en la recepción y acabó como directora. Hoy, a los 42 años, es una de las expertas en arte más reconocidas. Colabora con el arquitecto Joaquín Torres para asesorar a los clientes millonarios que compran sus espectaculares mansiones y se estrena como responsable del nuevo espacio de arte de El Corte Inglés del Paseo de la Castellana.

María considera que ser esposa, la tercera tras Gemma Ruiz y Elisa Fernández, del presidente de Asturias Francisco Álvarez Cascos, nada tiene que ver con su profesión y sólo es parte de su vida privada.

Pregunta.- Así que el arte entra en los grandes almacenes...

Respuesta.- Este centro de El Corte Inglés apuesta por una renovación espectacular en gastronomía, moda y lujo y en esta expansión entra un espacio en el que habrá artistas contemporáneos de gran nivel como Saura y Antonio López, además de jóvenes talentos. Será un espacio vivo, mucho más que una sala de exposiciones. Pero no es la primera implicación de El Corte Inglés con grandes artistas. En el año 63 encargaron a Millares y a Eduardo Rueda que hicieran sus escaparates.

P.- La gente se gasta muchos millones en una casa ostentosa pero luego no sabe qué colgar en las paredes...

R.- Es que compran lo que es caro sin tener mucha idea. Pero igual que buscas asesores para invertir tus finanzas, puedes preguntar sin complejos la diferencia entre un dibujo y un grabado, pedir consejo.

P.- Muchos querrán que el cuadro haga juego con el sofá...

R.- Pero luego se dejan asesorar, porque un cuadro tiene que gustarte para poder convivir con él. A veces he tenido que decirle a alguien que no compre sólo por tener una firma. Para aconsejar lo primero es escuchar, como en todo. Y luego resulta que cuando empiezas a poner cosas buenas en tu casa, que puede ser el grabado de un gran artista que sólo cuesta 300 euros, vas descubriendo cosas y acabas entrando en ese mundo.

P.- ¿Están los tiempos para comprar arte?

R.- Es una de las pocas cosas que está aguantando. Hace unas semanas, una subasta en Sotheby's batió records históricos.

P.- Su padre Juan José Porto es un intelectual de izquierdas, guionista de El crimen de Cuenca, la polémica película de Pilar Miró. Su primer marido Virgilio Cano, consejero socialista de la Comunidad de Madrid. Y va usted y se casa con un señor de derechas...

R.- No es tan de derechas, pero eso no tiene nada que ver con mi vida profesional. Me han educado de una forma abierta y tolerante, el mundo del cine es así.

P.- ¿Se entienden bien su padre y su marido?

R.- Perfectamente, la gente culta se entiende muy bien.

P.- ¿Cómo lleva ser la primera dama de Asturias? ¿Es un cargo que le lleve tiempo?

R.- Estoy cuando debo estar y voy todo lo que puedo porque sobre todo soy una profesional que vive de su trabajo. En Asturias me han recibido maravillosamente y mi marido me ha trasmitido su amor por la Asturias profunda que hemos recorrido a fondo. Los asturianos son gente de verdad, que van de frente, muy nobles, me gustan.

P.- Usted ayudó en las elecciones y le llama «jefe»...

R.- ¡Es que en campaña manda mucho! En un momento concreto le ayudé pidiendo avales, dadas las circunstancias. Si hubiera tenido un partido fuerte detrás, igual no lo habría hecho pero estaba muy solo. Su apuesta es muy personal y muy valiente. Es lo que haría cualquier mujer. Somos un matrimonio, él se dedica a la política, yo al arte y nunca nos hemos metido en el terreno profesional del otro, pero si nos podemos echar un cable, lo hacemos. Francisco me ha asesorado alguna vez, tiene amigos artistas y siempre le ha interesado el arte.

P.- ¿Se imagina cuánto rendimiento le podría sacar a ser la esposa de?

R.- Ni me planteo ser señora de.

P.- A veces tiene tres hijos a su cargo, el suyo y los dos de su marido. ¿Cómo se arregla?

R.- Los tengo martes, jueves, sábados y domingos. Me ocupo de ellos como cualquier mujer en mi lugar. Tengo la suerte de tener ayuda. Otras madres se van de casa a las siete de la mañana y no precisamente a tratar con artistas interesantes, sino a limpiar oficinas. Y al llegar por la tarde tienen que planchar. Yo me considero una privilegiada.

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