Consolas frente a móviles

Cada cierto tiempo se repite la misma historia. "La guerra de consolas" es el titular que se puede ver cientos de veces en los medios para hablar de la llegada de una nueva generación de estos dispositivos. Este otoño toca revivir este patrón con el advenimiento de las nuevas propuestas para el salón de Microsoft, con la Xbox One, y Sony, con la PlaySation 4, que saldrán a la venta a finales de mes.

Ambos dispositivos, junto a la Wii U de Nintendo que debutó el año pasado, se han dejado tocar esta semana –desde el pasado día 7 hasta este domingo– en la feria Games Week de Madrid, organizada por la patronal de la industria, Adese. La cita llega justo antes de la campaña navideña, en la que se suele concentrar la mayoría de las ventas de todo el año para este sector, que movió en España 822 millones de euros en 2012, un 16% menos que el ejercicio anterior.

Precisamente, Adese espera que la llegada de los nuevos dispositivos, que suponen un salto técnico importante frente a la anterior generación pero no tan decisivo como fue el de la llegada de la alta definición, consiga revitalizar las ventas. Pocos dudan de que las consolas tendrán un buen recibimiento en su salida gracias a los conocidos como early adopters, aquellos que compran toda innovación tecnológica en su debut.

Sin embargo, hay más dudas en el medio plazo. El sector del ocio interactivo vive desde hace unos años profundos cambios debido a la irrupción de los juegos en móviles y tabletas, que están atrayendo el interés de desarrolladores y consumidores. Sus bajos precios –en muchas ocasiones son gratuitos con micropagos para adquirir niveles o mejoras– suponen una dura competencia para las superproducciones de consola, con precios que no suelen bajar de los 50 euros por unidad. Se espera además que Apple y Google entren en este negocio en los próximos años con dispositivos para la televisión.

Hay, sin embargo, datos esperanzadores para el sector. El rotundo éxito de GTA V, que logró recaudar 800 millones de dólares en un solo día el pasado septiembre, demuestra que sigue habiendo un enorme negocio aunque cada vez sean menos los títulos que logran beneficios millonarios.

De momento, las apuestas de Sony y Microsoft siguen caminos muy parecidos. Los títulos que llegarán para sus consolas se basan en la espectacularidad gráfica para atraer a los compradores. El problema es que muchos de estos juegos, como Assasins Creed IV o el nuevo Call of Duty por ejemplo, también aparecerán para sus predecesoras, con lo que el atractivo de las nuevas plataformas será aún débil.

Mientras, Nintendo intentará revitalizar las ventas de su Wii U, que no ha sido capaz de cumplir con las previsiones de la compañía japonesa, con una apuesta más centrada en las familias y menos en el jugador avanzado. Para ello prepara la salida de un nuevo título de su icono Mario la misma semana que debutarán sus rivales y en el que el modo multijugador será protagonista.

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