El Sony Vaio Z potente y ligero como él solo
El tiempo que hemos tenido en la redacción el Sony Vaio Serie Z ha sido suficiente para reafirmarme en mi primera valoración: gusta. Y al sujetarlo en la mano gusta aún más. Y eso que la mayoría de quienes lo han visto, no lo ha probado funcionando. Y ahí es, precisamente, cuando más puede llegar a gustar.
Este equipo es el resultado de un remozamiento generalizado que los ingenieros de la compañía japonesa han aplicado al anterior Sony Vaio Z. La versión actual ha adelgazado notablemente, lo que le permite colocarse entre los portátiles más ligeros del mercado en la gama de las 13 pulgadas, con sus apenas kilo y 200 gramos. Más ligero que el MacBook Air, por ejemplo (1,3 kilos).
En ese ejercicio de adelgazamiento se ha dejado dos piezas importantes para un ordenador que quiere ser un equipo principal. Ya que hemos comparado su peso con el del MacBook Air, sigamos con el ejemplo. El portátil de Apple, desde su concepción está pensado para ser un auxiliar. Lo suficientemente potente para desenvolverse en movilidad, pero insuficiente para tareas que requieran una gran potencia de calculo. El MacBook ha empleado procesadores de ultrabajo voltaje en comparación del Vaio. Éste ha sido ideado como ordenador total, pero para eso va a necesitar resolver ese par de características que se ha dejado por el camino y a las que hacía referencia.
Como sucede con la gran mayoría de los ultraligeros, la unidad óptica ha desaparecido por el camino, lo mismo que la tarjeta gráfica dedicada.
Sony resuelve esta pérdida con una unidad diseñada con el mismo estilo que el portátil. La llaman Power Media Dock. Es fino, de ángulos rectos y ligero. Mide 22 centímetros de largo, por 14 de ancho y 1,7 de alto, por lo que podría parecer un disco duro externo o una unidad óptica convencional. Sin embargo, está dotado de un procesador AMD Radeon con un giga de memoria de vídeo, un lector BluRay, añade conectividad USB (2.0 y 3.0) extra, HDMI, VGA, conexión Ethernet y emplea la tecnología de conexión Light Peak de Intel, con las mismas especificaciones que ThunderBolt, desarrollada por Intel y Apple.
Desconectado de su Power Media Dock, el Sony Vaio serie Z es un potente equipo de trabajo. Está dotado de un procesador Intel Core i7-2620M de voltaje estándar a 2,70 GigaHertzios. También ha optado por la versión Professional de Windows 7 (64 Bits) y ocho gigas de SDRAM. En cuanto al almacenamiento, como cada vez está siendo más habitual, el disco duro ha sido reemplazado por memoria flash: 256 GB. Una vez conectado al PMD es cuando muestra toda su capacidad. Combinado con su dock se puede jugar a los títulos más avanzados del mercado. Y no exclusivamente en su pantalla de 13,1 pulgadas ya que a través del dock puede gestionar hasta tres pantallas externas.
Al igual que en otras configuraciones, tanto de Sony como de la competencia (es un clásico de los ThinkPad, antes de IBM y hace años con el sello de Lenovo), los Serie Z combinan en la carcasa aluminio y fibra de carbono lo que les permite ligereza y robustez.
A pesar de haber empaquetado toda su potencia en una medidas tan reducidas (210 x 330 x 16,65 mm), mantiene en el propio portátil un conjunto básico de puertos de conexión: USB, VGA, HDMI, salida para auriculares, Ethernet, conexión para el dock…
El teclado es completo, con botones de función directos, como el de WiFi, y con una superficie amplia para reposar las muñecas, y permite trabajar durante horas sin que sufran dedos ni articulaciones. El TouchPad es compatible con la función Gesture y carece de botones.
Se puede duplicar la autonomía que proporciona su batería conectando otra batería auxiliar muy plana, algo que los profesionales más exigentes agradecerán ya que, a pleno rendimiento, y a pesar de las siete horas oficiales de autonomía, apenas se le pueden sacar cinco. También considerarán una ventaja funciones como el Quick Boot que permite arrancar el ordenador en la mitad de tiempo.
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