Todos quieren filmar en Brunete

¿Qué será lo que tiene Brunete para ser el principal set de rodaje de España? En los últimos años el municipio madrileño ha sido escenario de más de 100 películas, series, anuncios y videoclips. Desde los últimos estrenos hasta los culebrones de mediodía y los vídeos de los músicos más conocidos, todos pasan por sus calles y plazas para rodar. El gran plató de la Comunidad de Madrid tiene varios secretos, pero los principales son la facilidad con la que se obtienen los permisos, su cercanía a la capital y el precio, que no tiene competencia con el de ciudades como Madrid u otros municipios más grandes. M2 se adentra en el mundillo de los rodajes para descubrir por qué Brunete es el lugar preferido de las cámaras, aunque su historia empezó hace ya más de 30 años.

El anuncio de Fairy en el que los habitantes de Villarriba y los de Villabajo dejan de ser rivales y se unen para limpiar una paellera gigante no se rodó ni en Villarriba ni en Villabajo, sino en Brunete. Allí también, por mencionar el ejemplo más reciente, se grabaron esta semana algunas escenas del último capítulo Homicidios, la serie protagonizada por Eduardo Noriega que se estrenará esta temporada en Telecinco.

El chirriar de la claqueta es un sonido habitual en este pueblo de 10.000 habitantes situado al suroeste de la región. «Arrastramos cierta tradición en rodajes que se ha modernizado y ampliado en los últimos 10 años», explica Marisol Gavilanes, jefa de Comunicación del Ayuntamiento.
Brunete inició su flechazo con las producciones audiovisuales hace 30 años, cuando Mariano Ozores lo eligió para rodar El hijo del cura (protagonizada por Fernando Esteso y Juanito Navarro, entre otros). En la última década, sus calles, sus casas y sus infraestructuras han sido escenarios habituales de series tan populares como Sin tetas no hay paraíso, Física o química y Amar en tiempos revueltos.

«Ceder estos espacios es una fuente de ingresos alternativa que, además, genera un movimiento laboral a pequeña escala», señala Borja Gutiérrez, el alcalde popular del municipio.
Alrededor de 600 vecinos de todas las edades están incluidos en una lista de potenciales extras que se pone a disposición de las productoras que quieren trabajar en el pueblo.
Las rubias despampanantes que aparecen en un anuncio de una cerveza italiana grabado hace unos meses a la puerta de la iglesia del pueblo en realidad son de Brunete.

Igual que los figurantes de uno de los spots de TVE para la Eurocopa de 2008, los de las películas Bajo las estrellas y Olé y los de algunos capítulos de Yo soy Bea y Hospital Central, entre otras muchas series.
Una parte esencial del atractivo audiovisual de la localidad reside en su agilidad para la tramitación de los permisos.

«Aunque cualquier rodaje conlleva mucha documentación, hemos tratado de simplificar los trámites al máximo», explica Marisol Gavilanes.
Si el equipo de grabación no necesita ocupar la vía pública con los vehículos en los que se transporta el material de grabación, la licencia pertinente puede estar lista en 24 horas. En caso de que sea necesario advertir a los vecinos de determinados cortes de calles o de la reducción temporal de los sitios destinados a aparcamiento, la espera para el sí administrativo se prolongaría un mínimo de 48 horas, un plazo que en todo caso es muy inferior al que se maneja en municipios más grandes de la Comunidad.

Otra de las claves del éxito cinematográfico y televisivo de Brunete es el precio. Un día entero de rodaje en los exteriores del municipio tiene una tarifa de 450 euros, con independencia de los metros cuadrados de calle que se necesiten, aunque la cifra se puede rebajar notablemente si se contrata un número particularmente alto de rodajes (por ejemplo, cuatro en un mes o una semana consecutiva).

Y un imán más para los productores en búsqueda de escenarios: la versatilidad del pueblo para ambientar lugares geográficos y épocas. En la pequeña o en la gran pantalla, sus calles han pasado por las de un pueblo andaluz, su plaza por la de una localidad de Navarra y la iglesia del siglo XVI por una de la época de los Templarios.
Sobre la mesa ha habido incluso un proyecto para rodar en Brunete una serie sobre el accidente del avión de Spanair en Barajas en 2017.

La idea al final no prosperó pero no por falta de torre de control, instalada con anterioridad y a priori sólo con fines decorativos en una de las rotondas a la entrada a la localidad.
No queda casi ningún rincón del pueblo en el que no se hayan colado alguna vez las cámaras y los focos, también para la realización de videoclips de los cantantes Melendi y Pasión Vega, entre muchos otros.

En la silla de madera tapizada de cuero que hay en el despacho del alcalde se han sentado jueces sin la carrera de Derecho; las instalaciones de la piscina han adquirido fisonomía de comisaría, con su cartel de delincuentes peligrosos en búsqueda y captura incluido...
«El uso de las dependencias municipales está permitido siempre que no se interrumpa la actividad normal», precisan en el Ayuntamiento. Además, añaden, «muchos vecinos ceden de forma habitual sus chalés, sus casas antiguas o sus locales comerciales para rodar». La próxima participación ciudadana, sin ir más lejos, será a principios de octubre para el programa de José Mota.

Por si aún parece poco, las firmas Montenegro, especializada en escenarios televisivos, y La Diligencia, que da servicio de catering a rodajes, son oriundas de Brunete.
Con este currículo no es difícil comprender por qué su nombre ha sonado en las quinielas para la futura ubicación de la Ciudad del Cine de la Comunidad de Madrid. Brunete ha sido el escenario de más de un centenar de filmaciones en los últimos años, y el rumbo sigue. California tendrá Hollywood, pero Madrid tiene Brunetewood.

Las cifras del cine en Brunete
Más de 100... Películas, videoclips, anuncios y series rodadas en los últimos años.
24 horas. Es el tiempo medio que tarda en tramitarse un permiso para rodar en el municipio, mucho menos que en otros lugares más grandes.
450 euros. Es el precio por un día de rodaje, sin límite de espacio, aunque puede abaratarse si se rueda varios días.
600 vecinos. Constan en un catálogo que maneja el Ayuntamiento para figurar como extras si el rodaje lo requisiera.

Los días que hay rodaje en la plaza de Brunete, la caja registradora del bar El Pueblo triplica su volumen. «Cuando se grabó el anuncio de Fairy hicimos bocatas para 500 personas», explica Melisa, la propietaria del local, que incluso ha llegado a transformarse en un camerino improvisado para los protagonistas de Amar en tiempos revueltos.

Un rodaje tipo traslada la localidad a un equipo de entre 50 y 60 personas. «No sólo genera recursos directos al Ayuntamiento, sino que revierte también en los comerciantes, desde los que venden bobinas de hilo o material eléctrico hasta los fisioterapeutas», explica Marisol Gavilanes, jefa de Comunicación del Consistorio.
De la tienda de animales Sin mascotas no hay paraíso salió el perro que adoptó una conocida actriz mientras rodaba allí. Aunque no todos se benefician del dinero de la recurrente presencia de los equipos audiovisuales en el municipio. «Darnos, a nosotros no nos da nada; si acaso nos quita porque hay gente que si no puede aparcar por aquí no entra a comprar», señala Sergio, de la perfumería y droguería Eco-Villa.

«Intentamos que se produzcan las menos molestias posibles a los vecinos», puntualizan en el Ayuntamiento. De ahí, concluyen, que muchos rodajes sean nocturnos o se hagan los fines de semana.

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